Si no quiere empezar el día con el pie izquierdo, no discuta con un miembro de su familia por trivialidades como el punto justo del café o la hora exacta en que las aves emprenden vuelo hacia sus nidos. Madure a tiempo y evite las conversaciones que no conducen a ningún lado. Nadie las aprecia realmente. Trate de no hacer todo guiado sólo por las preferencias afectivas. A veces es preciso actuar con más frialdad aunque a primera vista tenga la sensación de no estar siendo justo. Use la cabeza y deje que el corazón se encargue de tomar decisiones en otros momentos de su vida.